martes, 29 de noviembre de 2011

Rafael Correa se alinea a las mineras transnacionales

El gobierno del presidente Correa se apresta a suscribir los contratos con las mineras transnacionales Kinross y Ecuacorriente por una inversión de 3.000 millones de dólares.

 El gobierno del presidente Correa se apresta a suscribir los contratos con las mineras transnacionales Kinross y Ecuacorriente por una inversión de 3.000 millones de dólares para la explotación de dos proyectos mineros, dijo en entrevista con la agencia de prensa británica Reuters el viceministro de Minas, Federico Auquilla.

Kinross domiciliada en Canadá, tiene interés en un gigante proyecto de oro de Ecuador, Fruta del Norte, mientras que Ecuacorriente, filial de Corriente Resources, también domiciliada en Canadá, explotará la mina de cobre Mirador.

De esta forma el funcionario gubernamental ratificó la orientación del gobierno del presidente Correa a avanzar en el extractivismo minero a pesar de la creciente resistencia social, los cuestionamientos a la falta de rigor científico en los Estudios de Impacto Ambiental y a la demanda de los pueblos y nacionalidades por una consulta previa, instituida en la constitución vigente.

El I Foro Social minero realizado hace pocos días en Cuenca con 800 delegados de todo el país, reveló los graves riesgos que trae la minería y denunció que económicamente los ingresos que generará serán sensiblemente inferiores a los costos de la reparación ambiental, a los daños de las fuentes de agua, por lo cual consideró que no es un buen negocio para el Estado.

Auquilla afirmó que los contratos están prácticamente terminados y que están definiendo los últimos detalles para el documento definitivo. Calificó las negociaciones como difíciles pero necesarias para aumentar los ingresos del Estado.

En sus estimaciones las compañías construirán las minas en dos años y medio.

¿Cuánto pagarán de regalías?

Los acuerdos incluirían al pago adelantado de regalías. Auquilla dijo que el Gobierno no revelaría cuánto deberán pagar las compañías bajo los contratos que firmen, sin embargo afirmó que los proyectos mineros contribuirán con un 5% del PIB.

El pago adelantado de regalías, se estima que será destinado para proyectos sociales como nuevos hospitales en las áreas donde operarán las minas, precisamente donde crece la mayor oposición, de forma que su uso estará asociado a la estrategia de fraccionar y debilitar la resistencia social a la minería.

La alineación de Correa por la minería, marca su abandono político de las posiciones nacionalistas y de izquierda y su viraje a favor de las empresas transnacionales que buscan oro en el contexto de la crisis monetaria mundial, donde la onza se ha disparado hacia los 2.000 dólares y se estima que su valor real se sitúa en los 15.000 dólares. El paso tiene un alto costo político para Correa a nivel interno y externo.

El gobierno por su lado considera que esta es una forma de diversificar la economía ecuatoriana de su dependencia de las exportaciones petroleras. Sin embargo es cuestionado por mantener el modelo de explotación y exportación primaria que ha caracterizado las relaciones económicas del país desde los años del colonialismo español.

En tanto en otros temas, Correa fustiga a la vicepresidenta del Banco Mundial y trata de aparecer como un duro contradictor, su posición por la minería es evaluada por Reuter como la de un acercamiento más blando con las transnacionales. .

La difusión internacional de las exitosas negociaciones de Kinross en Ecuador han favorecido la evolución del valor de sus acciones en la bolsa de valores -que han estado bajo presión últimamente-, subieron un 2,8 por ciento a 13,23 centavos de dólar en las operaciones del mediodía en la Bolsa de Valores de Toronto.

"Hemos hecho buenos progresos en las negociaciones con el Gobierno de Ecuador. Esas negociaciones son confidenciales por lo que no puedo comentar detalles", dijo un vocero de Kinross, al afirmar que la compañía está en camino de completar el estudio de viabilidad de Fruta del Norte a fin de año.

¿Hacia un Ecuador minero?

La minería existe en el país desde hace siglos, sin embargo es considerada incipiente en relación a las técnicas de producción actuales. El objetivo del gobierno del presidente Correa, calificado por los líderes de la cámara de minería como el mejor defensor de la minería, es desarrollar la actividad a gran escala, abriendo la explotación de las importantes reservas que tiene a favor de las transnacionales.

Auquilla entusiasmado informó a Reuter que el Gobierno pondría a subasta concesiones mineras para proyectos de exploración antes de fin de año. "Hay muchas empresas canadienses, australianas, sudafricanas, chilenas, que están interesadas en este proceso". Actualmente reveló que se negocia un contrato con la International Minerals, también domiciliada en Canadá para el proyecto de oro y plata Río Blanco.

Dijo que el gobierno firmará un segundo contrato de operación con Ecuacorriente para el proyecto de cobre Panantza-San Carlos y otro con Iamgold que tiene previsto desarrollar la mina de oro y cobre en Kimsacocha.

Auquilla indicó que la minera estatal ecuatoriana Enami firmaría pronto un contrato con la chilena Codelco para formar un emprendimiento conjunto para explorar oro y cobre, y que las negociaciones sobre los otros tres contratos mineros deberían concluir el próximo año.

Dimitri en Kaos en la Red

sábado, 26 de noviembre de 2011

LA CAMARA MINERA VA POR LAS UNIVERSIDADES Y ÁMBITOS EDUCATIVOS



Dedeu: “Hay que separar la realidad del macaneo”


El reconocido dirigente empresarial dijo que el ámbito académico debe trabajar para despejar las dudas que hay sobre la actividad.



Recientemente, y tras las elecciones que se realizan cada dos años en la entidad, la CAEM (Cámara Argentina de Empresarios Mineros) eligió a Martín Dedeu como su nuevo presidente. El empresario y abogado, que ya había ocupado ese cargo hace tres periodos, instó a seguir manteniendo la misma línea de trabajo, en conjunto con el Estado Nacional, y le pidió al ámbito académico que colabore para desmitificar la industria minera y ayudar a despejar dudas y conceptos erróneos.

En una entrevista radial que reprodujo luego la Secretaría de Minería de la Nación, Dedeu declaró que “nos hacemos un daño cuando algunos integrantes de sectores políticos toman actitudes extravagantes, a sabiendas de que lo que muchas veces dicen tiene un sentido exclusivamente demagógico y oportunista, y no referido a cosas reales, así que nada mejor que la universidad, que con rigor científico puede analizar y separar la realidad del macaneo”.

En el mismo sentido, se refirió también al rol educativo de las escuelas en relación con los contenidos vinculados a la minería. E instó a que “desde los ámbitos educativos se contribuya a despejar cualquier duda que tengan con información seria y académica y a visitar las zonas de producción ya que no hay nada mejor que ver las cosas en el lugar de los hechos”.

El retorno de Dedeu a la cabeza dirigencial de la CAEM no sólo fue producto de un consenso y elección entre los empresarios del sector, sino que además fue leído como un gesto de continuidad y apoyo a la gestión oficial por parte de la Secretaría de Minería de la Nación, conducida por Jorge Mayoral.

Desde la autoridad estatal incluso destacaron la presencia de las empresas públicas en los altos estamentos de la CAEM, donde el reciente ex presidente, Manuel Benítez, fue elegido vicepresidente. Benítez está al frente de Yacimientos Mineros Agua de Dioniso (YMAD), la compañía interestadual conformada por el Estado de Catamarca y la Universidad Nacional de Tucumán, que lleva adelante el proyecto Farallón Negro y tiene participación en la mina de cobre Bajo de La Alumbrera.

El propio Dedeu habló de la interacción con las autoridades mineras, al declarar que su objetivo es “mantener la continuidad del sector minero enclavado en el desarrollo nacional” y “continuar trabajando en equipo por el bien de la minería argentina, manteniendo todos los recaudos que debe tener cualquier actividad productiva, pero con el norte de ir hacia adelante, para seguir contribuyendo desde la minería a un progreso armónico de la Nación”.

Por último, el dirigente habló también de las empresas mineras del país en un contexto de polémicas: “Si alguna empresa saca los pies del plato -dijo-, no espere que sus colegas lo vayan a apoyar. Acá todos tenemos que poner el hombro en un trabajo en el que nada es más importante que respetar y apoyar el desarrollo del propio país en que vivimos”.


EN TODOS LADOS ES LO MISMO: LAS MINERAS AHORA HABLAN DE INCLUSION...


"La minería debe ser inclusiva"

Santiago González, Luis Barrenechea y Martín Carotti, expertos en procesos mineros. Diego Cáceres | EL TIEMPO

La comunicación e información fluídas con las comunidades de las zonas de influencia fueron temas que se abordaron en el foro Minería, agua y desarrollo sustentable, que se cumplió ayer en el centro de convenciones Mall del Río de Cuenca.



Fecha de Publicación: 2011-11-24 00:00

En el encuentro participaron actores como Jorge Glas, ministro coordinador de los Sectores Estratégicos; Santiago González, exministro de Minas de Chile; Luis Barrenechea, exalcalde de Huallanca, Perú; Martín Carotti, geólogo con más de 20 años de experiencia en fases de exploración minera, entre otros.
 Participación
Dos de los disertadores coincidieron en calificar de error la no inclusión de las comunidades aledañas a un proyecto minero. Luis Barrenechea dijo que hace una década los habitantes de Huallanca temían las consecuencias de la explotación de minerales del proyecto Antamina; pero los 20 municipios de la zona de influencia trabajaron en conocer las afectaciones, mantener informados a los habitantes y exigir al Gobierno el retorno de parte del dinero generado.
“Ahí empezó un proceso de estudios en Perú, en mi pueblo y en los otros 19 pueblos hicieron las primeras presentaciones públicas de los estudios de impacto ambiental. Se hizo también que los 111 millones de dólares que pagó Antamina al Gobierno por el yacimiento volvieran a la zona”, relató.
En la misma línea, Martín Carotti explicó que el miedo es consecuencia de la falta de información. “A las comunidades hay que explicarles lo que se hará, deben participar en el control y las autoridades saber cuáles son sus aspiraciones para integrarlas al proceso productivo, esto por medio de la capacitación laboral y el desarrollo de proveedores locales”, recomendó. (JRT)

Cuenca.

lunes, 14 de noviembre de 2011

El agua de Quimsacocha, entre la codicia y la vida


Alberto Acosta[1] y William Sacher[2]
1 de noviembre del 2011


“La minería es fundamental para la era moderna. Sin ella regresamos a la época de las cavernas. No podemos caer en la irresponsabilidad de ser mendigos sentados en un saco de oro. La minería correctamente manejada es positiva”.

Rafael Correa, presidente de Ecuador
Quimsacocha, 25 de octubre del 2011


¿Puede ser sustentable la minería?, es la pregunta de fondo. La respuesta es fácil. Definitivamente no. En ninguna parte del planeta hay una minería “sustentable”. Esto no debe sorprender. Por definición la explotación de recursos no renovables no es sustentable. Un proceso extractivista es sustentable cuando puede mantenerse en el tiempo, sin ayuda externa y sin que se produzca la escasez de los recursos existentes.[3] Sostener lo contrario es practicar un discurso distorsionador.

Es justamente ese discurso, que promete una “minería sustentable”, diseñado por las grandes transnacionales mineras, en el marco de la Iniciativa Minera Global (Global Mining Initiative), hace más de 10 años, el que despliega el gobierno del presidente Rafael Correa.

En el Plan Nacional de Desarrollo del Sector Minero 2011-2015 se ha asumido este mensaje transnacional. Allí se ofrece generar “condiciones de desarrollo sustentable” en la actividad minera a gran escala. Se dice solemnemente, entre otras muchas promesas incumplibles, que esta actividad contribuiría a “la distribución equitativa de sus beneficios, generando nuevas zonas de desarrollo y contribuyendo al modelo del Buen Vivir.”

¿Es posible creer en una megaminería bien hecha que no ocasione severos impactos ambientales y sociales y que, además, se constituya en la senda para el Buen Vivir? Por supuesto que no. La realidad contradice esta afirmación, que no pasa de ser una burda manipulación.

La megaminería a la luz de la realidad

El examen de la minería industrial alrededor del planeta evidencia un sinnúmero de daños y destrucciones múltiples e irreversibles de la Naturaleza. Por igual son incontables las tragedias humanas, tanto como la destrucción de las potencialidades culturales de muchos pueblos. En el ámbito económico la situación tampoco es mejor. Los países de América Latina, África y Asia cuyas economías dependen fundamentalmente de recursos minerales o petroleros, no saldrán de la pobreza.

La explotación minera industrial moderna implica la extracción masiva -y en un tiempo muy corto-, de la mayor cantidad posible de recursos minerales; recursos que se han formado en procesos de muy larga duración, a escalas tectónicas. En la actualidad, los sitios de alta concentración mineral se van agotando. Sin embargo, los elevados precios del mercado mundial permiten que la explotación minera sea rentable aún en los yacimientos en donde el mineral es escaso. De allí el carácter sumamente destructivo de la minería del siglo XXI. Para hacer producir estos yacimientos, es necesario aplicar una minería industrial de gran escala, con uso masivo de químicos a veces sumamente tóxicos, el consumo abundante de agua y la acumulación de grandes cantidades de desechos. Esta es la síntesis de la megaminería que se avizora en Ecuador.
   
Este gigantismo provoca la generación de impactos ambientales enormes. A menudo, los efectos nocivos se observan ya en la fase de exploración. Sin embargo, cuando arranca la explotación la megaminería muestra su rostro de monstruo depredador: se abren gigantescos hoyos o túneles en la Madre Tierra y se usan químicos tóxicos para procesar los minerales extraídos a raíz de los cuales se registran invariablemente daños ecológicos irreversibles. La movilización del material extraído afecta grandes extensiones de territorio.

El agua entre el negocio minero y la vida

La contaminación minera es particularmente devastadora para el agua. El agua termina por ser inutilizable para el consumo humano y para la agricultura. Si bien estas consecuencias se dan en un grado variable según el tamaño de la explotación y las técnicas empleadas, siempre se produce una contaminación a gran escala de las aguas de superficie y subterráneas, por drenaje ácido de roca y con sustancias tóxicas, incluyendo metales pesados como el arsénico, plomo, cadmio, cromo, cianuro y mercurio, e incluso sustancias radiactivas.

El drenaje ácido de roca es un fenómeno que puede darse desde el inicio de la mina y durar por decenas e incluso miles de años, y es particularmente destructor para los ecosistemas. Esta forma de contaminación ocurre cuando las aguas de lluvia, o aún el aire, entran en contacto con las rocas que han sido desplazadas desde el subsuelo hacia la superficie y acumuladas en las escombreras, en los cráteres de las minas a cielo abierto o en los diques de desechos de la mina. Generalmente, existe un alto riesgo de que se produzca una oxidación de las rocas sulfurosas por la lluvia o el aire húmedo, que terminan por provocar una acidificación inusual de las aguas que corren sobre estas rocas. Son muchos los casos alrededor del planeta en los que todas estas formas de contaminación afectaron a ecosistemas enteros, particularmente a la vida acuática, provocando la desaparición de especies enteras de peces.

En el Ecuador, la mayoría de los yacimientos mineros por ser explotados estarían particularmente expuestos a este problema porque contienen rocas sulfurosas, conocidas por generar drenaje ácido.

La contaminación de las fuentes de agua provoca además un conjunto de impactos directos e indirectos en términos de salud pública, como enfermedades degenerativas, enfermedades de la piel, etc. Una vez que los metales pesados provenientes de las minas entran a la cadena alimenticia, permanecen allí. Estas sustancias se acumulan en los peces y otras especies que absorben dichos metales. Al alimentarse de estas especies, los seres humanos acumulan también estas sustancias en su cuerpo. Las poblaciones más vulnerables a la acumulación de metales pesados son niños, niñas y mujeres embarazadas.

Cabe señalar que la misma empresa Iamgold, propietaria del proyecto Quimsacocha, ha sido acusada de haber contaminado las fuentes de aguas alrededor de su proyecto africano de Yatela en Malí, un país subsahariano que abrió la puerta a la gran minería al fin del los años 90. Allí, según un informe gubernamental, se ha observado tasas anormales de abortos espontáneos en las comunidades aledañas.

La escala de esta devastación está íntimamente vinculada a las dimensiones de las minas y de su voracidad en términos de energía y de agua. La minería industrial moderna requiere enormes cantidades de agua para su funcionamiento. Para extraer una onza de oro (una cantidad apenas más grande que un anillo) se demanda un promedio de 7 a 8 mil litros de agua. Para producir una tonelada de cobre se emplea entre 30 y 500 mil litros de agua. Luego de ser utilizado en la minería, el líquido vital queda irremediablemente contaminado; es decir inutilizable para el consumo humano y para la producción de alimentos.

Las enormes cantidades de desechos que dejan las minas industriales modernas son igualmente responsables de la contaminación a gran escala de las redes hidrográficas. Para darse cuenta de este gigantismo, cabe citar el ejemplo de Canadá, el líder mundial del sector minero: en este país, la industria minera genera 60 veces más desechos que todas las ciudades del país reunidas.

A escala mundial, la producción de una tonelada de cobre puro implica un promedio de 500 toneladas de desechos (tierra estéril, escombros y otros desechos mineros). En el caso del oro, las proporciones son todavía más espeluznantes: la producción de una onza de oro implica un promedio de 20 a 60 toneladas de desechos sólidos, mientras que en ciertos casos, esta cifra puede subir hasta más de 400 toneladas.

En el Ecuador, los proyectos vigentes son fieles a este gigantismo. Para producir un total de 208.800 toneladas de concentrado de cobre, el proyecto minero a cielo abierto Mirador de la empresa ECSA (de capitales chinos) en la Cordillera del Cóndor producirá al menos 326 millones de toneladas de desechos durante la vida de la mina. Esta cantidad representa un volumen correspondiente a más de 4 Panecillos, ¡y es comparable a la recolección de basura de la ciudad de Cuenca por casi 5000 años! Según estimaciones prudentes realizadas por expertos japoneses, la explotación a cielo abierto del yacimiento de Junín en Íntag implicaría la ocupación de 600 hectáreas solo para las escombreras, y 200 hectáreas para los diques de colas.

Cabe señalar que estas grandes cantidades de desechos mineros, al ser acumulados durante muchos años, representan una amenaza para las generaciones actuales y futuras. Son frecuentes los casos de derrames accidentales de desechos tóxicos alrededor del mundo los cuales llevaron a catástrofes  ecológicas, económicas y sociales. En el Ecuador, existe un riesgo muy fuerte que se den estos tipos de accidentes a raíz de la alta sismicidad y de las fuertes precipitaciones que se registran en el país, las cuales podrían llevar a la ruptura de los diques de colas.

En el caso del Ecuador, estas contaminaciones del agua serán mucho más graves en áreas geográficas caracterizadas por altas precipitaciones y normalmente ricas en biodiversidad, como es el caso de Intag o particularmente la Cordillera del Cóndor en donde se encuentran los mega-proyectos Mirador, Fruta del Norte y Panantza San Carlos. También son particularmente sensibles las áreas de páramo, zonas de formación de las fuentes de agua del país. Recuérdese que el 12,5% de las zonas de páramodel país ya está concesionado.

Asedio al agua de Quimsacocha

En Quimsacocha, en donde la actividad será subterránea, se estima que cada día se moverán 3.000 toneladas de material; un volumen equivalente a 15 veces el de la recolección diaria de basura de la Ciudad de Cuenca. Si bien es cierto que la minería subterránea no implica una desfiguración tan grande del paisaje, al remover grandes cantidades de roca, provoca los mismos impactos nocivos sobre el ambiente como lo hace la minería a cielo abierto.

Por todo ello, se puede concluir que es altamente probable que ríos y acuíferos queden irreversiblemente contaminados si se explota el yacimiento de oro en Quimsacocha. Esto preocupa. La zona del proyecto minero se encuentra precisamente en una de las principales fuentes de agua de la ciudad de Cuenca y de muchas otras poblaciones aledañas, cuyos habitantes, con justa razón, protestan en contra de esta actividad. Los moradores pueden respaldarse en el Informe UAIE 0036-2009 de la Contraloría General del Estado, que estableció que estas “concesiones mineras afectarían la calidad y cantidad del agua en la cuenca del Río Yanuncay", que abastece a la Planta de Tratamiento de Agua Potable SUSTAG de ETAPA.

En estas circunstancias, resulta una falacia decir que la explotación en Quimsacocha “no contaminará las fuentes de agua que alimentan a Cuenca”, como afirmó el 25 de octubre del presente año el presidente Correa, cuando llegó a dicha zona protegido por cientos de soldados y policías.

Es obvio que en estas zonas de formación de fuentes de agua, como en Quimsacocha, los impactos sobre el líquido vital son en extremo nocivos. Eso explica porque, con sobrados argumentos el Concejo Cantonal de Cuenca rechazó, el 22 de septiembre del 2011, los proyectos mineros de Quimsacocha y Rio Blanco; proyectos en los que, además, no se ha dado la consulta previa.

Por supuesto, las empresas mineras y los gobiernos cómplices de sus intereses, aupados por la gran prensa que lucra de la publicidad de la minería, siempre dirán que el agua contaminada se puede tratar, que el “agua terminará más limpia” después de haber servido a la extracción de los metales, y que los otros problemas ambientales también podrán ser manejados con las nuevas tecnologías.

En su prepotencia (y en algunos casos ignorancia) nunca reconocerán que es imposible controlar totalmente el impacto y el camino que tomarán los desechos mineros. Tampoco aceptarán que los efectos de la contaminación provocada por metales pesados y el drenaje ácido de roca perduran durante siglos, y a veces, milenios, ¿qué empresa puede garantizar el tratamiento del agua durante siglos?

Las empresas basan sus afirmaciones sobre la premisa que la técnica moderna y la ciencia actual son capaces de diagnosticar, prever y controlar todos los impactos que la minería a gran escala puede provocar. La creencia ciega en la capacidad de la ciencia y la tecnología están muy arraigadas en el imaginario occidental moderno. A esta creencia ingenua, basta oponer la realidad y historia recientes de la megaminería en el mundo, que demuestran hasta la saciedad cuáles son sus enormes y nocivos impactos sobre la Naturaleza y la vida de los seres humanos.

Las alegres cuentas de la megaminería

En Ecuador, en síntesis, los grandes proyectos mineros amenazan con contaminar regiones de alta biodiversidad, de las más densas en biodiversidad del planeta, y fuentes de agua para el Ecuador y los países vecinos. En efecto, el agua transporta muy bien los contaminantes y los impactos se esparcirían hacia otras zonas. Y todo esto sin considerar los graves impactos sociales que conlleva esta mega actividad extractivista.

Es preciso recordar que normalmente las empresas transnacionales y los gobiernos cómplices destacan exclusivamente los “enormes” montos de reservas mineras existentes, transformados a valores monetarios. La Cámara de Minería del Ecuador habla de más de 115 mil millones de dólares en los proyectos estratégicos. Con estas cifras, en general altamente exageradas, se quiere sensibilizar a la opinión pública a favor de la minería.

No importa que no sea real el potencial minero existente. Eso lo dice Pablo Duque, jefe del departamento de geología, de la Escuela Politécnica Nacional, uno de los mayores conocedores de la realidad minería del país. Duque es categórico: “Se parte de una premisa falsa de que el Ecuador tiene un gran potencial minero”. Y por esa misma razón, este geólogo recomienda la pequeña minería en lugar de la megaminería.

Dejemos por el momento este debate para los geólogos. Hablemos de las supuestas ventajas en términos económicos que justificarían tanta destrucción. En efecto, una vez extraídos los metales del subsuelo, habría que preguntarse cuánto realmente le quedará al Estado. En cuanto a las regalías y los impuestos, aun si el gobierno tiene toda la voluntad de recaudarlos, las grandes empresas mineras son campeonas en eludir o evadir el pago de tributos, a través de los llamados paraísos fiscales. Es sin duda con este objetivo que varias empresas transnacionales presentes en el Ecuador usan subsidiarias registradas en paraísos fiscales notorios como las Islas Caimán o las Islas Vírgenes. Es precisamente el caso de la empresa canadiense Iamgold, propietaria del proyecto Quimsacocha. Laempresa matriz de Toronto es propietaria de Iamgold Ecuador S.A  a través de una subsidiaria intermediaria, la Iamgold South American Corporation, una empresa registrada en otro paraíso fiscal: los Barbados.

Además, las minas ecuatorianas producirán el metal en forma gruesa, es decir con impurezas. Por ejemplo, el concentrado de cobre producido en Mirador tendrá aproximadamente 30% de cobre, 60% de otros minerales y 10% de agua. Debido a que el Ecuador no tiene refinerías de metales, el proceso de refinamiento se hará en el exterior, en donde quedará la mayor parte de las ganancias.

A lo anterior habría que incorporar los llamados costos ocultos -ambientales y sociales-, por ejemplo el valor económico de la contaminación. Existen estudios de los Estados Unidos y Canadá, que estiman que la remediación de los desechos mineros de minas abandonadas costaría entre 5 y 67 dólares la tonelada de material removido. Hagamos el cálculo para el proyecto Mirador, de la empresa ECSA, en la Cordillera del Cóndor: se prevé procesar al menos 326 millones de toneladas de material, lo que significaría un costo de remediación de entre 1.630 millones y 21.840 millones de dólares. Cabe recordar que los ingresos que obtendría el Estado por concepto de regalías en Mirador se calcula en aproximadamente 700 millones de dólares, una cantidad mucho menor al costo de remediación. De esto se desprende por qué las empresas no quieren hacerse cargo de esta etapa de remediación.

Estos son contabilidades económicas que normalmente no aparecen en los proyectos y que las empresas transfieren invariablemente a la sociedad; recuérdese la devastación petrolera en el nororiente de la Amazonía, provocada por la compañía Chevron-Texaco.

También deberían entrar en la lista de costos los denominados “subsidios perversos”, que se expresan a través de la entrega de energía a precios menores, agua sin costo o con costo reducido, e inclusive infraestructura de transporte.

¿Se han presentado estas evaluaciones?  No. Probablemente porque el asumir estos costos disminuiría notablemente la rentabilidad de las empresas y se pondría en evidencia los magros beneficios para el Estado.

¿Megaminería o Buen Vivir? ¡Esa es la cuestión!

En Ecuador, como sucede en muchos países del mundo, la minería industrial dejará ríos muertos, cordilleras deforestadas, comunidades en conflicto, enfermedades, violaciones de Derechos Humanos y de Derechos de la Naturaleza, ejércitos de desempleados, así como campesinos e indígenas sin tierras.

Además, la megaminería fortalecerá las raíces violentas y autoritarias del extractivismo. Es decir, la explotación de este tipo de bienes naturales genera graves tensiones sociales en las regiones en donde se realiza. Los impactos económicos y sociales provocan la división de las comunidades, las peleas entre ellas y dentro de las familias, la violencia intrafamiliar, la violación de derechos comunitarios y humanos, los incrementos de la delincuencia e inseguridad, el tráfico de tierras, etc. Adicionalmente, las grandes tensiones sociales en las regiones crecen a través de otras formas perversas de dominación que se producen cuando, por ejemplo, se conforman empresas extractivistas en las que participan grupos indígenas para explotar estos recursos naturales no renovables en zonas conflictivas. Este tipo de situaciones aumenta la confusión de los pueblos y genera más rupturas internas.

La violencia aflora incluso cuando los gobiernos, incluso aquellos autoproclamados y equivocadamente considerados como progresistas, como en el caso de Ecuador, criminalizan la protesta popular que emerge en contra de las actividades extractivistas, con el único fin de garantizarlas… para poder reducir la pobreza, como justifica el mensaje oficial. Objetivo que, por lo demás, no se consigue forzando el extractivismo. Con sus declaraciones, de que “no podemos caer en la irresponsabilidad de ser mendigos sentados en un saco de oro”, el presidente Correa demostró que mantiene la ilusión del extractivismo, impuesto desde la colonia y plasmado figurativamente en los mismos términos hace dos siglos, poco antes del inicio de la República, por el célebre científico alemán Alexander von Humboldt.[4]

En suma, como contracara de las violencias múltiples, la lista de represiones atadas al extractivismo es larga. Este podría ser uno de los telones de fondo de la historia de nuestros pueblos, que se inició hace ya más de quinientos años, cuando se inauguró esta modalidad de acumulación extractivista que nos condenó a la pobreza.

La minería a gran escala, que no quepa la menor duda, no contribuye a la construcción del Buen Vivir.-
  

[1] Economista ecuatoriano. Profesor e investigador de la FLACSO. Ministro de Energía y Minas. Presidente de la Asamblea Constituyente.
[2] William Sacher: PhD en ciencias atmosféricas y oceánicas. Investigador del colectivo de autores académicos Recursos de África, Montreal, Canadá.
[3] Desarrollo sustentable es, entonces, aquel proceso que permite satisfacer las necesidades actuales sin comprometer las posibilidades de las generaciones futuras. Para la construcción del Buen Vivir hay que ir incluso mucho más allá del desarrollo sustentable, hay que asumir a la Naturaleza como sujeto de derechos, tal como dispone la Constitución de Montecristi.
[4] Cuando Alejandro von Humboldt llegó a lo que hoy es Ecuador, en su histórico recorrido por tierras americanas, hace más de doscientos años, se quedó maravillado por la geografía, la flora y la fauna de la región. Cuentan que veía a sus habitantes como si fueran mendigos sentados sobre un saco de oro, refiriéndose a sus inconmensurables riquezas naturales no aprovechadas. Desde entonces, apegados a esta visión, tal como ya lo hicieron los españoles cuando conquistaron estas tierras, una y otra vez los gobiernos del Ecuador han pretendido extraer los tesoros existentes en dicho saco… 




------------
ecuachaski
www.ecuarunariec.org
http://ecuachaski.blogspot.com
agenciaplurinacional@yahoo.com
ecuachaski@gmail.com
Telfax: 2580713
Julio Matovelle 1-28 entre Vargas y Pasaje San Luis (Sector Santa Prisca)
Kito - Ecuador

Comunidades expresan su rechazo a la minería


Sábado 12 de noviembre del 2011

CUENCA
Entre octubre y lo que va de noviembre, comunidades y organizaciones de Azuay y de otras provincias australes han resuelto, en al menos tres asambleas, rechazar la postura del Gobierno de calificar a la actividad minera como modelo económico necesario para el país.

Un encuentro se cumplió en el cantón Oña, el 5 del mes pasado. Entidades coordinadoras intercantonales de Jubones, de la cuenca del río León, de pueblos kichuas saraguros, de salud y la vida del Pangui; así como el Frente de Defensa del Agua y la Vida del Cañar, comunidad Cochapata (Nabón), federaciones provinciales de comunas lojanas y otras, ratificaron la oposición a la explotación minera por los posibles efectos negativos a las fuentes naturales de agua y al medio ambiente en general. En esa cita incluso asistieron sacerdotes de Azuay, Cañar y Morona Santiago.

Algunas de las organizaciones también participaron de la asamblea del 31 de octubre en la parroquia Cochapata (Nabón), donde los asistentes se solidarizaron con siete comuneros de ese cantón azuayo sentenciados a 8 años de reclusión, tras un juicio por su oposición al uso de una fuente de agua.

“Recorrimos un largo camino para unir a los pueblos, para defender las tierras donde el presidente (Rafael) Correa considera corredores mineros, descartando la afectación y contaminación del agua que consumimos todos los habitantes de estas zonas”, dijo Abel Arpi, presidente de la Asamblea de los Pueblos del Sur.

Agregó que la minería desplaza a los pueblos. “Con la inevitable contaminación se deja de producir la tierra”, sostuvo.

Las entidades sociales resolvieron mantenerse alerta frente a próximas firmas de contratos mineros con transnacionales. Dijeron que realizarán marchas a nivel nacional.

A través de una carta abierta, pidieron al presidente Correa que se termine las “persecuciones de los defensores del agua y la vida”, en alusión a los dirigentes enjuiciados.

sábado, 12 de noviembre de 2011

Beder Herrera (el traidor) con dirigentes reimpulsó la actividad minera


Ayer reunió a legisladores e intendentes para informarles sobre los beneficios que tendrá para la comunidad.

El gobernador Beder Herrera ayer una charla dirigida a funcionarios del gabinete, legisladores nacionales y provinciales e intendentes invitados, sobre la minería sustentable que dictó el ingeniero presidente del Colegio Argentino de Ingenieros en Minas, Mario Capello.
El encuentro que congregó a un nutrido grupo de funcionarios, intendentes y legisladores provinciales y nacionales, se desarrolló en el Quincho de la Residencia Oficial y fue la primera de una serie de charlas que el especialista dará a diferentes sectores y actores de la provincia.
Acompañaron al gobernador Beder Herrera, el vicepresidente primero de la Legislatura y vicegobernador electo, Sergio Casas; el secretario de Minería, Oscar Lehz y el presidente de Energía Minerales Sociedad del Estado, Héctor Durán Sabas.
Mario Capello es oriundo de Santa Fe y llegó a San Juan para estudiar Ingeniería en Minas en la Universidad Nacional de San Juan. Es simpatizante del radicalismo y su vocación por la política lo alejó muchos años de las aulas y desde 1983 pasó a ocupar cargos legislativos y partidarios. Fue presidente en la Unión Cívica Radical de San Juan y secretario del bloque radical en la Cámara de Diputados de la Nación.
El 23 de julio de 2007 Capello terminó la carrera y se recibió de ingeniero en Minas. La tesis que elaboró se basó en un proyecto de ley que presentó en la Cámara de Diputados referido al destino de las regalías mineras.
Una Rioja digna
Beder Herrera en la apertura del encuentro hizo referencia al crecimiento sostenido de los últimos años que tuvo la Argentina y consideró que “es un crecimiento como no se ha dado en los últimos 200 años”.
En un repaso por la historia minera, resaltó que la Argentina “un país que es riquísimo y que no necesitó casi de la minería, porque era tan rica la Pampa Húmeda que no necesitó de la minería”, indicó.
Asimismo, hizo referencia al crecimiento importante que tuvo Chile con la industria minera. “Chile en los próximos cinco años, tiene una inversión en la zona de Atacama de 25 mil millones de dólares; es decir, 5 mil millones de dólares por año; 26 mil puestos de trabajo van a crear con la minería”. Ante estos datos certeros y contundentes que grafican una situación de crecimiento, se preguntó: “conocen ustedes algún caso de contaminación en estos últimos 200 años en Chile; no existe, no existe”, aseguró al recordar que cuando el país trasandino inició la actividad no había el nivel de tecnología que existe actualmente.
Asimismo, destacó el desarrollo de la provincia de San Juan y afirmó que “a mi me causa una sana envidia” y explicó la trascendencia de la actividad minera en San Juan que tiene vinculadas unas mil empresas de servicios.
Por otra parte, se refirió a la legislación nacional vigente en relación a la actividad minera y remarcó que “nosotros hemos logrado rescatar las pertenencias mineras que estaban en manos de extranjeros y privados, ahora son patrimonio de la provincia de La Rioja y son de todos los riojanos”.
De igual forma, hizo referencia a los convenios que establecen que la provincia de La Rioja recibirá el 30 por ciento de los beneficios que depare la actividad.
“Esto es un paso enorme que vamos a dar; yo sueño que este desarrollo minero nos permita vivir con dignidad, crear trabajo para todos; se equivocan los que piensan que en las zonas donde están enclavadas las minas van a tener beneficios porque los beneficios son para toda La Rioja; el dinero que deje será para todos los riojanos”, enfatizó y anticipó que habrá leyes especiales para aquellos departamentos donde se desarrollen las futuras explotaciones.
Actividad minera
El gobernador Beder Herrera anunció que “se desarrollará toda la minería, desde las piedras, granito cuarzo, rocas de aplicación” y anticipó que se constituirá una empresa con mayoría estatal para la extracción del granito, lajas y piedras que hay en La Rioja.
Asimismo, remarcó que entre los proyectos está Famatina, la Cordillera donde ya se ha comenzado a explorar en el límite de La Rioja con Chile.
A esto, agregó que “para desarrollar todo esto, tenemos que tener un plan, que debe ser público, altruista y que llene de orgullo a los riojanos, de valentía porque no podemos seguir viviendo de la dádiva, y eso lo logramos explotando lo que tiene La Rioja”, aseguró.
“En La Rioja de unos años más, es lo que nos tiene que movilizar, a ser místicos en la bandera de la producción y sentirnos orgullosos que de ninguna manera se va a contaminar, de ninguna manera vamos a contaminar porque vamos a hacer los controles”, aseguró y añadió que “tenemos que meterle en el alma de la gente, tenemos que enseñarle a los maestros, a los comerciantes a los industriales, a la juventud, que se sientan orgullosos de lo que tenemos y que es parte de la historia y del ser riojano, la minería”.
“La minería es el futuro, es el bienestar, es medio ambiente, es el sueño de nuestros hijos, es pensar en una Rioja digna; pensar que podemos hacer realidad el sueño de Facundo y de Joaquín V. González, que han dado todo para que existamos y que nos han dado esa pasión por el federalismo que tenemos que hacer realidad”, señaló el mandatario y en el tramo final de su mensaje afirmó que “tiene que salir de la dirigencia política primero; tenemos que estar convencidos nosotros para poder hacer escuela y hacer de nuestra sociedad una sociedad digna de ser vivida, una Rioja y un futuro mejor y promisorio es posible, pero dependen de nuestras convicciones que son las que van a hacer a esa Rioja que nos merecemos todos”, concluyó.

El presidente del Colegio Argentino de Ingenieros en Minas trató de mentiroso a Julio Martínez
En el marco de una jornada de disertaciones efectuadas en nuestra Capital, el ingeniero en Minas, ex legislador provincial y nacional de la Unión Cívica Radical de San Juan, Mario Capello, sostuvo que “lo que dice el diputado nacional Julio Martínez sobre la minería contaminante es falso, no es cierto y se tiene que hacer cargo de lo que dice”.
Capello afirmó que “tenemos una posición absolutamente diferente porque eso es mentira, la minería no contamina, y podemos ir a verificarlo, por ejemplo en la mina Veladero, donde se está trabajando hace más de seis años, o en la mina Gualcamayo o en Chubut, para ver dónde está la contaminación, y dónde están las mediciones que dicen que por consecuencia de la actividad minera se han desmejorado los valores naturales del agua que traen los ríos, o que tienen las cuencas de los acuíferos”, “eso es falso y una gran mentira”, remarcó.
Al respecto agregó que “se busca asustar a la gente, pero yo creo que hay un límite en todo esto y es la buena fe, es mentira que se van a quedar sin agua, es mentira que se contamina y que no deja nada, todo es absolutamente verificable”.
Mencionó que en San Juan, “nosotros los radicales o los peronistas y los bloquistas, todos concebimos a la minería como una política de Estado y bueno sería que todos los partidos políticos de la provincia hagan lo mismo acá en La Rioja”.

ECUADOR: Oposición plantea declarar los páramos libres de minería


PROTESTA. Un colectivo de mujeres se quejó porque la Policía Metropolitana no les permitió entrar a la Alcaldía.
PROTESTA. Un colectivo de mujeres se quejó porque la Policía Metropolitana no les permitió entrar a la Alcaldía.
La prefectura de Azuay prepara un proyecto de Ley para que se declare a Ecuador libre de minería en los páramos. El anuncio se realizó en el Primer Foro Minero realizado ayer en Cuenca, cuyo objetivo, según los organizadores, fue iniciar la construcción espacio permanente para vigilar que no se dé paso a la megaminería en el país, en contrapropuesta a las intenciones del Gobierno.

Paúl Carrasco, prefecto del Azuay, indicó que está en construcción un proyecto de Ley para no permitir el desarrollo minero en páramos. Esto, en concordancia con la oposición de la autoridad provincial de que se inicie la explotación a gran escala en el proyecto Quimsacocha (Azuay).

Ese proyecto está en fase de exploración avanzada sobre un yacimiento de oro por el cual el Gobierno espera tener ingresos de 185 millones de dólares (durante todo el proyecto). En total, son 8.030 hectáreas concesionadas a la compañía canadiense Iamgold Ecuador, que está en negociación con el Gobierno para pasar a la explotación.

Contexto

La situación de Quimsacocha ha desatado todo un debate en la zona. Según indicó Carrasco, busca “construir una propuesta de consenso entre quienes no hemos sido tomados en cuenta en las decisiones del Gobierno”, refiriéndose a la decisión de dar paso a la megaminería.

Alberto Acosta, analista económico, por su parte, señaló que “es una iniciativa interesante que permitirá conocer la realidad de la minería”. A su criterio, Ecuador no debería iniciar la megaminería porque “el punto de partida es que toda mina contamina, el que niegue eso, o es un ignorante o un mentiroso”.

Para demostrar que la contaminación minera es real, Acosta anotó que sólo Quimsacocha produciría 40 millones de toneladas de material (roca extraída del subsuelo que en contacto con el agua y el aire contamina con metales pesados) en ocho años. Esto, debido a que por cada año se van a generar 3 mil toneladas de materiales. La situación le costaría al Estado más de los ingresos esperados para el fisco, ya que el procesamiento de cada tonelada  cuesta entre 55 y 64 dólares, que equivalen a entre 40 y 536 millones de dólares.

Jornada

Al encuentro llegaron alrededor de 260 personas de Azuay y varias zonas del país. En su intervención, Carrasco señaló que el desarrollo minero debe pasar por dos debates: la conservación del agua y la democracia. Sobre el primer punto, la preocupación es que la producción de oro contamina grandes cantidades de agua.

Según indicó el expositor William Sacher, para producir 10 gramos de oro se necesitan 8 mil litros de agua.

Panorama nacional

Sobre la realidad minera del país, Sacher señaló que, según los datos oficiales, se estima que tiene alrededor de 270 mil millones de dólares en reservas mineras. Cifra que es ‘ambigua’ para el experto, en vista que eso depende del precio del metal.


EL DATO
16 proyectos mineros se desarrollan por el momento en el país.



de estos están en fase de exploración avanzada. 270 mil millones de dólares se estima que existen en reservas de minerales en el país (a mayo de 2011).



Reunión en la Alcaldía

Además, según la Coordinadora Nacional, el alcalde de Cuenca (PAIS) y delegados del oficialismo se reunieron el miércoles a puerta cerrada en el Municipio, para tratar el mismo tema. Aunque aún no se conocen los resultados del encuentro, varios sectores se mostraron inconformes con el impedimento de que entren a presenciar la reunión.

Especialmente el Frente de Mujeres Defensoras de la Pachamama se quejó por la presencia de la Policía Metropolitana en el lugar.


EL DATO
El 12% de los páramos ecuatorianos está bajo concesiones mineras.

viernes, 4 de noviembre de 2011

El agua de Quimsacocha, entre la codicia y la vida






“La minería es fundamental para la era moderna. Sin ella regresamos a la época de las cavernas. No podemos caer en la irresponsabilidad de ser mendigos sentados en un saco de oro. La minería correctamente manejada es positiva”.
 Rafael Correa , presidente de Ecuador
Quimsacocha, 25 de octubre del 2011


¿Puede ser sustentable la minería?, es la pregunta de fondo. La respuesta es fácil. Definitivamente no. En ninguna parte del planeta hay una minería “sustentable”. Esto no debe sorprender. Por definición la explotación de recursos no renovables no es sustentable. Un proceso extractivista es sustentable cuando puede mantenerse en el tiempo, sin ayuda externa y sin que se produzca la escasez de los recursos existentes. [1] Sostener lo contrario es practicar un discurso distorsionador. Es justamente ese discurso, que promete una “minería sustentable”, diseñado por las grandes transnacionales mineras, en el marco de la Iniciativa Minera Global (Global Mining Initiative), hace más de 10 años, el que despliega el gobierno del presidente Rafael Correa.
 En el Plan Nacional de Desarrollo del Sector Minero 2011-2015 se ha asumido este mensaje transnacional. Allí se ofrece generar “condiciones de desarrollo sustentable” en la actividad minera a gran escala. Se dice solemnemente, entre otras muchas promesas incumplibles, que esta actividad contribuiría a “la distribución equitativa de sus beneficios, generando nuevas zonas de desarrollo y contribuyendo al modelo del Buen Vivir.”
¿Es posible creer en una megaminería bien hecha que no ocasione severos impactos ambientales y sociales y que, además, se constituya en la senda para el Buen Vivir? Por supuesto que no. La realidad contradice esta afirmación, que no pasa de ser una burda manipulación.

La megaminería a la luz de la realidad
 El examen de la minería industrial alrededor del planeta evidencia un sinnúmero de daños y destrucciones múltiples e irreversibles de la Naturaleza. Por igual son incontables las tragedias humanas, tanto como la destrucción de las potencialidades culturales de muchos pueblos. En el ámbito económico la situación tampoco es mejor. Los países de América Latina, África y Asia cuyas economías dependen fundamentalmente de recursos minerales o petroleros, no saldrán de la pobreza.
 La explotación minera industrial moderna implica la extracción masiva -y en un tiempo muy corto-, de la mayor cantidad posible de recursos minerales; recursos que se han formado en procesos de muy larga duración, a escalas tectónicas. En la actualidad, los sitios de alta concentración mineral se van agotando. Sin embargo, los elevados precios del mercado mundial permiten que la explotación minera sea rentable aún en los yacimientos en donde el mineral es escaso. De allí el carácter sumamente destructivo de la minería del siglo XXI. Para hacer producir estos yacimientos, es necesario aplicar una minería industrial de gran escala, con uso masivo de químicos a veces sumamente tóxicos, el consumo abundante de agua y la acumulación de grandes cantidades de desechos. Esta es la síntesis de la megaminería que se avizora en Ecuador.
Este gigantismo provoca la generación de impactos ambientales enormes. A menudo, los efectos nocivos se observan ya en la fase de exploración. Sin embargo, cuando arranca la explotación la megaminería muestra su rostro de monstruo depredador: se abren gigantescos hoyos o túneles en la Madre Tierra y se usan químicos tóxicos para procesar los minerales extraídos a raíz de los cuales se registran invariablemente daños ecológicos irreversibles. La movilización del material extraído afecta grandes extensiones de territorio.

El agua entre el negocio minero y la vida
La contaminación minera es particularmente devastadora para el agua. El agua termina por ser inutilizable para el consumo humano y para la agricultura. Si bien estas consecuencias se dan en un grado variable según el tamaño de la explotación y las técnicas empleadas, siempre se produce una contaminación a gran escala de las aguas de superficie y subterráneas, por drenaje ácido de roca y con sustancias tóxicas, incluyendo metales pesados como el arsénico, plomo, cadmio, cromo, cianuro y mercurio, e incluso sustancias radiactivas.
 El drenaje ácido de roca es un fenómeno que puede darse desde el inicio de la mina y durar por decenas e incluso miles de años, y es particularmente destructor para los ecosistemas. Esta forma de contaminación ocurre cuando las aguas de lluvia, o aún el aire, entran en contacto con las rocas que han sido desplazadas desde el subsuelo hacia la superficie y acumuladas en las escombreras, en los cráteres de las minas a cielo abierto o en los diques de desechos de la mina. Generalmente, existe un alto riesgo de que se produzca una oxidación de las rocas sulfurosas por la lluvia o el aire húmedo, que terminan por provocar una acidificación inusual de las aguas que corren sobre estas rocas. Son muchos los casos alrededor del planeta en los que todas estas formas de contaminación afectaron a ecosistemas enteros, particularmente a la vida acuática, provocando la desaparición de especies enteras de peces.
 En el Ecuador, la mayoría de los yacimientos mineros por ser explotados estarían particularmente expuestos a este problema porque contienen rocas sulfurosas, conocidas por generar drenaje ácido.
 La contaminación de las fuentes de agua provoca además un conjunto de impactos directos e indirectos en términos de salud pública, como enfermedades degenerativas, enfermedades de la piel, etc. Una vez que los metales pesados provenientes de las minas entran a la cadena alimenticia, permanecen allí. Estas sustancias se acumulan en los peces y otras especies que absorben dichos metales. Al alimentarse de estas especies, los seres humanos acumulan también estas sustancias en su cuerpo. Las poblaciones más vulnerables a la acumulación de metales pesados son niños, niñas y mujeres embarazadas.
 Cabe señalar que la misma empresa Iamgold, propietaria del proyecto Quimsacocha, ha sido acusada de haber contaminado las fuentes de aguas alrededor de su proyecto africano de Yatela en Malí, un país subsahariano que abrió la puerta a la gran minería al fin del los años 90. Allí, según un informe gubernamental, se ha observado tasas anormales de abortos espontáneos en las comunidades aledañas.
 La escala de esta devastación está íntimamente vinculada a las dimensiones de las minas y de su voracidad en términos de energía y de agua. La minería industrial moderna requiere enormes cantidades de agua para su funcionamiento. Para extraer una onza de oro (una cantidad apenas más grande que un anillo) se demanda un promedio de 7 a 8 mil litros de agua. Para producir una tonelada de cobre se emplea entre 30 y 500 mil litros de agua. Luego de ser utilizado en la minería, el líquido vital queda irremediablemente contaminado; es decir inutilizable para el consumo humano y para la producción de alimentos.
 Las enormes cantidades de desechos que dejan las minas industriales modernas son igualmente responsables de la contaminación a gran escala de las redes hidrográficas. Para darse cuenta de este gigantismo, cabe citar el ejemplo de Canadá, el líder mundial del sector minero: en este país, la industria minera genera 60 veces más desechos que todas las ciudades del país reunidas.
 A escala mundial, la producción de una tonelada de cobre puro implica un promedio de 500 toneladas de desechos (tierra estéril, escombros y otros desechos mineros). En el caso del oro, las proporciones son todavía más espeluznantes: la producción de una onza de oro implica un promedio de 20 a 60 toneladas de desechos sólidos, mientras que en ciertos casos, esta cifra puede subir hasta más de 400 toneladas.
 En el Ecuador, los proyectos vigentes son fieles a este gigantismo. Para producir un total de 208.800 toneladas de concentrado de cobre, el proyecto minero a cielo abierto Mirador de la empresa ECSA (de capitales chinos) en la Cordillera del Cóndor producirá al menos 326 millones de toneladas de desechos durante la vida de la mina. Esta cantidad representa un volumen correspondiente a más de 4 Panecillos, ¡y es comparable a la recolección de basura de la ciudad de Cuenca por casi 5000 años! Según estimaciones prudentes realizadas por expertos japoneses, la explotación a cielo abierto del yacimiento de Junín en Íntag implicaría la ocupación de 600 hectáreas solo para las escombreras, y 200 hectáreas para los diques de colas.
 Cabe señalar que estas grandes cantidades de desechos mineros, al ser acumulados durante muchos años, representan una amenaza para las generaciones actuales y futuras. Son frecuentes los casos de derrames accidentales de desechos tóxicos alrededor del mundo los cuales llevaron a catástrofes ecológicas, económicas y sociales. En el Ecuador, existe un riesgo muy fuerte que se den estos tipos de accidentes a raíz de la alta sismicidad y de las fuertes precipitaciones que se registran en el país, las cuales podrían llevar a la ruptura de los diques de colas.
 En el caso del Ecuador, estas contaminaciones del agua serán mucho más graves en áreas geográficas caracterizadas por altas precipitaciones y normalmente ricas en biodiversidad, como es el caso de Intag o particularmente la Cordillera del Cóndor en donde se encuentran los mega-proyectos Mirador, Fruta del Norte y Panantza San Carlos. También son particularmente sensibles las áreas de páramo, zonas de formación de las fuentes de agua del país. Recuérdese que el 12,5% de las zonas de páramo del país ya está concesionado.

Asedio al agua de Quimsacocha
 En Quimsacocha, en donde la actividad será subterránea, se estima que cada día se moverán 3.000 toneladas de material; un volumen equivalente a 15 veces el de la recolección diaria de basura de la Ciudad de Cuenca. Si bien es cierto que la minería subterránea no implica una desfiguración tan grande del paisaje, al remover grandes cantidades de roca, provoca los mismos impactos nocivos sobre el ambiente como lo hace la minería a cielo abierto.
 Por todo ello, se puede concluir que es altamente probable que ríos y acuíferos queden irreversiblemente contaminados si se explota el yacimiento de oro en Quimsacocha. Esto preocupa. La zona del proyecto minero se encuentra precisamente en una de las principales fuentes de agua de la ciudad de Cuenca y de muchas otras poblaciones aledañas, cuyos habitantes, con justa razón, protestan en contra de esta actividad. Los moradores pueden respaldarse en el Informe UAIE 0036-2009 de la Contraloría General del Estado, que estableció que estas “concesiones mineras afectarían la calidad y cantidad del agua en la cuenca del Río Yanuncay", que abastece a la Planta de Tratamiento de Agua Potable SUSTAG de ETAPA.
 En estas circunstancias, resulta una falacia decir que la explotación en Quimsacocha “no contaminará las fuentes de agua que alimentan a Cuenca”, como afirmó el 25 de octubre del presente año el presidente Correa, cuando llegó a dicha zona protegido por cientos de soldados y policías.
 Es obvio que en estas zonas de formación de fuentes de agua, como en Quimsacocha, los impactos sobre el líquido vital son en extremo nocivos. Eso explica porque, con sobrados argumentos el Concejo Cantonal de Cuenca rechazó, el 22 de septiembre del 2011, los proyectos mineros de Quimsacocha y Rio Blanco; proyectos en los que, además, no se ha dado la consulta previa.
 Por supuesto, las empresas mineras y los gobiernos cómplices de sus intereses, aupados por la gran prensa que lucra de la publicidad de la minería, siempre dirán que el agua contaminada se puede tratar, que el “agua terminará más limpia” después de haber servido a la extracción de los metales, y que los otros problemas ambientales también podrán ser manejados con las nuevas tecnologías.
 En su prepotencia (y en algunos casos ignorancia) nunca reconocerán que es imposible controlar totalmente el impacto y el camino que tomarán los desechos mineros. Tampoco aceptarán que los efectos de la contaminación provocada por metales pesados y el drenaje ácido de roca perduran durante siglos, y a veces, milenios, ¿qué empresa puede garantizar el tratamiento del agua durante siglos?
 Las empresas basan sus afirmaciones sobre la premisa que la técnica moderna y la ciencia actual son capaces de diagnosticar, prever y controlar todos los impactos que la minería a gran escala puede provocar. La creencia ciega en la capacidad de la ciencia y la tecnología están muy arraigadas en el imaginario occidental moderno. A esta creencia ingenua, basta oponer la realidad y historia recientes de la megaminería en el mundo, que demuestran hasta la saciedad cuáles son sus enormes y nocivos impactos sobre la Naturaleza y la vida de los seres humanos.

Las alegres cuentas de la megaminería
 En Ecuador, en síntesis, los grandes proyectos mineros amenazan con contaminar regiones de alta biodiversidad, de las más densas en biodiversidad del planeta, y fuentes de agua para el Ecuador y los países vecinos. En efecto, el agua transporta muy bien los contaminantes y los impactos se esparcirían hacia otras zonas. Y todo esto sin considerar los graves impactos sociales que conlleva esta mega actividad extractivista.
 Es preciso recordar que normalmente las empresas transnacionales y los gobiernos cómplices destacan exclusivamente los “enormes” montos de reservas mineras existentes, transformados a valores monetarios. La Cámara de Minería del Ecuador habla de más de 115 mil millones de dólares en los proyectos estratégicos. Con estas cifras, en general altamente exageradas, se quiere sensibilizar a la opinión pública a favor de la minería.
 No importa que no sea real el potencial minero existente. Eso lo dice Pablo Duque, jefe del departamento de geología, de la Escuela Politécnica Nacional, uno de los mayores conocedores de la realidad minería del país. Duque es categórico: “Se parte de una premisa falsa de que el Ecuador tiene un gran potencial minero”. Y por esa misma razón, este geólogo recomienda la pequeña minería en lugar de la megaminería.
 Dejemos por el momento este debate para los geólogos. Hablemos de las supuestas ventajas en términos económicos que justificarían tanta destrucción. En efecto, una vez extraídos los metales del subsuelo, habría que preguntarse cuánto realmente le quedará al Estado. En cuanto a las regalías y los impuestos, aun si el gobierno tiene toda la voluntad de recaudarlos, las grandes empresas mineras son campeonas en eludir o evadir el pago de tributos, a través de los llamados paraísos fiscales. Es sin duda con este objetivo que varias empresas transnacionales presentes en el Ecuador usan subsidiarias registradas en paraísos fiscales notorios como las Islas Caimán o las Islas Vírgenes. Es precisamente el caso de la empresa canadiense Iamgold, propietaria del proyecto Quimsacocha. La empresa matriz de Toronto es propietaria de Iamgold Ecuador S.A a través de una subsidiaria intermediaria, la Iamgold South American Corporation, una empresa registrada en otro paraíso fiscal: los Barbados.
 Además, las minas ecuatorianas producirán el metal en forma gruesa, es decir con impurezas. Por ejemplo, el concentrado de cobre producido en Mirador tendrá aproximadamente 30% de cobre, 60% de otros minerales y 10% de agua. Debido a que el Ecuador no tiene refinerías de metales, el proceso de refinamiento se hará en el exterior, en donde quedará la mayor parte de las ganancias.
 A lo anterior habría que incorporar los llamados costos ocultos -ambientales y sociales-, por ejemplo el valor económico de la contaminación. Existen estudios de los Estados Unidos y Canadá, que estiman que la remediación de los desechos mineros de minas abandonadas costaría entre 5 y 67 dólares la tonelada de material removido. Hagamos el cálculo para el proyecto Mirador, de la empresa ECSA, en la Cordillera del Cóndor: se prevé procesar al menos 326 millones de toneladas de material, lo que significaría un costo de remediación de entre 1.630 millones y 21.840 millones de dólares. Cabe recordar que los ingresos que obtendría el Estado por concepto de regalías en Mirador se calcula en aproximadamente 700 millones de dólares, una cantidad mucho menor al costo de remediación. De esto se desprende por qué las empresas no quieren hacerse cargo de esta etapa de remediación.
Estos son contabilidades económicas que normalmente no aparecen en los proyectos y que las empresas transfieren invariablemente a la sociedad; recuérdese la devastación petrolera en el nororiente de la Amazonía, provocada por la compañía Chevron-Texaco.
 También deberían entrar en la lista de costos los denominados “subsidios perversos”, que se expresan a través de la entrega de energía a precios menores, agua sin costo o con costo reducido, e inclusive infraestructura de transporte.
 ¿Se han presentado estas evaluaciones? No. Probablemente porque el asumir estos costos disminuiría notablemente la rentabilidad de las empresas y se pondría en evidencia los magros beneficios para el Estado.

¿Megaminería o Buen Vivir? ¡Esa es la cuestión!
 En Ecuador, como sucede en muchos países del mundo, la minería industrial dejará ríos muertos, cordilleras deforestadas, comunidades en conflicto, enfermedades, violaciones de Derechos Humanos y de Derechos de la Naturaleza, ejércitos de desempleados, así como campesinos e indígenas sin tierras.
 Además, la megaminería fortalecerá las raíces violentas y autoritarias del extractivismo. Es decir, la explotación de este tipo de bienes naturales genera graves tensiones sociales en las regiones en donde se realiza. Los impactos económicos y sociales provocan la división de las comunidades, las peleas entre ellas y dentro de las familias, la violencia intrafamiliar, la violación de derechos comunitarios y humanos, los incrementos de la delincuencia e inseguridad, el tráfico de tierras, etc. Adicionalmente, las grandes tensiones sociales en las regiones crecen a través de otras formas perversas de dominación que se producen cuando, por ejemplo, se conforman empresas extractivistas en las que participan grupos indígenas para explotar estos recursos naturales no renovables en zonas conflictivas. Este tipo de situaciones aumenta la confusión de los pueblos y genera más rupturas internas.
 La violencia aflora incluso cuando los gobiernos, incluso aquellos autoproclamados y equivocadamente considerados como progresistas, como en el caso de Ecuador, criminalizan la protesta popular que emerge en contra de las actividades extractivistas, con el único fin de garantizarlas… para poder reducir la pobreza, como justifica el mensaje oficial. Objetivo que, por lo demás, no se consigue forzando el extractivismo. Con sus declaraciones, de que “no podemos caer en la irresponsabilidad de ser mendigos sentados en un saco de oro”, el presidente Correa demostró que mantiene la ilusión del extractivismo, impuesto desde la colonia y plasmado figurativamente en los mismos términos hace dos siglos, poco antes del inicio de la República, por el célebre científico alemán Alexander von Humboldt. [2]
 En suma, como contracara de las violencias múltiples, la lista de represiones atadas al extractivismo es larga. Este podría ser uno de los telones de fondo de la historia de nuestros pueblos, que se inició hace ya más de quinientos años, cuando se inauguró esta modalidad de acumulación extractivista que nos condenó a la pobreza.
 La minería a gran escala, que no quepa la menor duda, no contribuye a la construcción del Buen Vivir.-

Alberto Acosta es economista ecuatoriano. Profesor e investigador de la FLACSO. Ministro de Energía y Minas. Presidente de la Asamblea Constituyente.
William Sacher: PhD en ciencias atmosféricas y oceánicas. Investigador del colectivo de autores académicos Recursos de África, Montreal, Canadá.


[1] Desarrollo sustentable es, entonces, aquel proceso que permite satisfacer las necesidades actuales sin comprometer las posibilidades de las generaciones futuras. Para la construcción del Buen Vivir hay que ir incluso mucho más allá del desarrollo sustentable, hay que asumir a la Naturaleza como sujeto de derechos, tal como dispone la Constitución de Montecristi.
[2]   Cuando Alejandro von Humboldt llegó a lo que hoy es Ecuador, en su histórico recorrido por tierras americanas, hace más de doscientos años, se quedó maravillado por la geografía, la flora y la fauna de la región. Cuentan que veía a sus habitantes como si fueran mendigos sentados sobre un saco de oro, refiriéndose a sus inconmensurables riquezas naturales no aprovechadas. Desde entonces, apegados a esta visión, tal como ya lo hicieron los españoles cuando conquistaron estas tierras, una y otra vez los gobiernos del Ecuador han pretendido extraer los tesoros existentes en dicho saco…

Campaña Nacional de Firmas por el NO a la Minería Química a Cielo Abierto
y la Minería Nuclear en todas sus formas

Los ciudadanos del territorio argentino decimos NO a la minería química con la modalidad a "cielo abierto" y a la minería radiactiva en todas sus modalidades (cielo abierto o por galerías).

  • Pedimos la nulidad y derogación de la Ley de Inversiones Mineras (Ley Nacional 24.196) y normas complementarias.
  • Exigimos la derogación y anulación por parte de la República Argentina del "Tratado de Integración Minero Argentino-Chileno".
  • Reclamamos el cierre definitivo y la recomposición del ambiente, según el art. 41 de la Constitución Nacional, de todas las minas abandonadas y aquellas que están funcionando y no respetan la ley general del ambiente (ley nº 25675).
  • Pedimos previa autorización expresa para la utilización de recursos hídricos compartidos de las poblaciones de las provincias potencialmente afectadas por un emprendimiento minero que se expresarán por referéndum y demandamos la participación de la autoridad ambiental nacional en caso de efectos ínter-jurisdiccionales.
  • Pedimos se respeten estrictamente los principios ambientales preventivo, precautorio y de sustentabilidad contenidos en la ley general del ambiente y la sanción de caducidad de las concesiones mineras en caso de incumplimiento.
  • Reclamamos la detención y prisión de los empresarios mineros que contaminan el medio ambiente con sus delitos y la misma condena para los funcionarios públicos cómplices.
  • Denunciamos los planes nucleares que se fomentan desde el gobierno y enriquecen a los empresarios mineros que desarrollan emprendimientos mineros radiactivos.
  • Reclamamos expresa "Licencia Social" y participación ciudadana real y efectiva previas a los procesos de autorización de actividades mineras.

¡Sí a la vida y a la dignidad! ¡No al saqueo, destrucción y contaminación!

¡Sumá aquí tu firma a este reclamo!